La historia comienza con Eiri, un estudiante de arte, que trabaja a tiempo parcial en una tienda de antigüedades. Cierto día, a la tienda llegan unas antigüedades desde Europa y Eiri es el encargado de ordenarlas. Entre los objetos vienen unas reliquias del siglo XVIII y un juego de cristalería, Eiri empieza a curiosear y abre una caja que tiene muchos papeles y entre ellos se alcanza a ver un cristal muy hermoso y brillante, él lo ve a trasluz y a través de la copa se empiezan a ver unas imágenes, estas se abren camino en un castillo y de pronto vemos a una niña tocando el piano. Eiri comprende lo extraño de la situación y se asusta. Y piensa que puede ser algún espíritu.

Después de esto, pasan siete días, y nuestro protagonista a estas alturas ya se ha obsesionado con la chica de las imágenes, tanto así que cuando se va, le habla y le dice "Buenas noches, hasta mañana". Pero en este séptimo día, a diferencia de los otros días en que el se iba, alguien hablo y dijo: "No te vayas". Era una voz proveniente de la copa. Esta vez Eiri no solo ve imágenes, si no que es teletransportado dentro de estas.

Pero esta vez son mucho mas fuertes que las anteriores, la chica huye de Eiri y el va con un cuchillo en sus manos, la chica le dice "¿Porque me haces esto?" "Yo te amo" y el le responde... "Yo también, Cossette". En los ojos de Cossette, se pueden ver las lagrimas, y el reflejo del cuchillo que Eiri está a punto de enterrar en su pecho. Cossette cae al piso, y Eiri vuelve a la realidad, pero no todo ha acabado, de la copa sale sangre. Eiri se da cuenta de lo que ha hecho pero no sabe el porque ni como. En la escena aparece otro personaje, es una mujer y le dice a Eiri que beba la sangre, que de esta manera no se podrán separar nunca (como si fuese Cossette quien hablara). Eiri la bebe, por supuesto, para estar siempre al lado de su amada Cossette.